¿Qué ha de tener el director de Comunicación de 2016?

Enviado el 12 noviembre, 2015 en Comunicación | Sin comentarios (aún)

¿Qué ha de tener el director de Comunicación de 2016?

Como con un amigo que trabaja en una multinacional bajo el sugerente título de Responsable de reclutamiento de talento.

–Pues yo creo que los directores de comunicación, cuanto más jóvenes, mejor.

¿¿¿¿¿Qué?????

­–Que sí, que ahora lo más importante es saberte mover en las redes sociales esas (SIC) y para eso no valéis los inmigrantes digitales–, prosigue.

No doy crédito: al fin y al cabo, él tiene mi edad. Y ni está ni se le espera en Twitter.

–¿Y qué hay de otros valores como la experiencia en diferentes ámbitos, la visión multidisciplinar, las habilidades directivas…?–, respondo, consiguiendo a duras penas no saltarle a la yugular.

–Buaaa. Eso está sobrevalorado. Los dircoms de toda la vida frenan el progreso.

Tras un largo tira y afloja, logré entender de dónde vienen sus prejuicios, muy marcados por la experiencia con un ex director de comunicación de los que se han resistido con uñas y dientes a abandonar la comunicación unidireccional de toda la vida. Además, mi amigo ha tenido la ocasión de vivir de forma indirecta un proceso de búsqueda de dircom y ha quedado fascinado por hordas de treintañeros que se han presentado haciendo valer ante todo sus habilidades digitales.

Vuelvo a mi despacho indignada. ¿Cuándo ha dejado de ser un grado la experiencia? ¿Qué pasa entonces con todos los dircoms cuarentones que hemos hecho el esfuerzo de entender y movernos con cierta elegancia por el mundo digital y que peleamos día a día porque nuestra reputación online esté a la altura de la offline?

Y entonces se me ocurre la pregunta: ¿Qué ha de tener un director de comunicación para triunfar en 2016? En mi red de contactos hay un grupo bastante nutrido de excelentes profesionales de la comunicación, así que decido preguntarles. Las respuestas han sido muy variadas y muy, muy interesantes (muchas gracias, amigos). Las resumo a continuación, repartidas en cuatro bloques:

  1. Habilidades directivas: estrategia, liderazgo, influencia. Capacidad para llevarle la contraria al jefe y defender los propios criterios.
  2. Habilidades profesionales: creatividad, credibilidad, ética, transparencia. Visión multimedia. Grandes habilidades en comunicación de crisis. Ser un buen contador de historias. Responder bien a la presión. Habilidad para comunicar tanto con los medios como con el equipo directivo
  3. Habilidades personales: Flexibilidad. Ganas de aprender. Pasión. Capacidad para comprender y ponerse en el lugar de otros. Espíritu positivo. Paciencia para discernir en un mercado cada vez más fragmentado. Mucho sentido común. Fe en lo que uno hace (aunque a veces no funcione…).
  4. Habilidades digitales: marca personal, identidad digital coherente y gestionada. Pensar en digital y tener conocimientos de Social Media.

Vaya, vaya. No cabe duda de que, aunque las habilidades digitales tienen cierto peso en las respuestas, el resultado es que son otras las características que hacen un buen dircom. Y muchas tienen que ver con su actitud como persona y con la experiencia que ha ido adquiriendo a lo largo del camino. ¿De qué vale manejarse como pez en el agua en redes sociales si uno no es capaz de gestionar una crisis o plantarle cara al CEO cuando se empeña en alguna locura?

En cuanto escribo esto, me entra la duda: quizá el target elegido para hacer el sondeo es muy similar a mí… Por mucho que estas personas estén hoy en una posición de contratar a los dircoms del futuro, ¿están sus opiniones sesgadas?

Ahí está San Google para salvarme. Y ¡voilà! Me encuentro una reseña sobre los 26 Platinum PR Awards en Nueva York, a muchos kilómetros de este Madrid nuestro. Por lo visto, se preguntó a los galardonados qué habilidad destacarían si fuesen a fichar a alguien para sus departamentos de Comunicación. He aquí las respuestas:

  • Habilidades de Marcom (Marketing y Comunicación) y capacidad para colaborar con marketing.
  • Tener muchos recursos.
  • Sentido del humor.
  • Flexibilidad.
  • Actitud positiva.
  • Agilidad.
  • Creatividad.
  • Habilidad para el multitasking
  • Capacidad de adaptación.
  • Curiosidad insaciable.
  • Capacidad de concentración.
  • Habilidad para identificar nuevos stakeholders.
  • Capacidad para afrontar la volatilidad.
  • Ganas de abrazar la tecnología.

Sin duda, muchas de ellas coinciden con las de sus iguales españoles. Ahora bien, si os fijáis ganan por goleada las habilidades personales, aquellas que valdrían no sólo para ser un buen dircom, sino también para un excelente CEO o un gran director de operaciones. Y la tecnología tiene su sitio, claro, pero más bien modesto.

Respiro aliviada. Después de todo, aún hay sitio para los buenos profesionales, cuarentones o no, siempre que mantengan las habilidades que les llevaron a ocupar un lugar destacado en esta profesión. Yo me quedo con tres: pasión, flexibilidad y muchas ganas de aprender. A partir de aquí, toca seguir construyendo…¡Ahora mismo llamo a mi amigo el reclutador de talento!

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