Este otoño, los medios son la noticia

Enviado el 29 septiembre, 2015 en Actualidad | Sin comentarios (aún)

Este otoño, los medios son la noticia

¿Qué es una noticia? Hay diferentes definiciones. El contenido de una comunicación antes desconocida. Aquello que alguien no quiere que se publique. Lo que los propios periodistas deciden que sea noticia. Todas ellas son válidas. Y todas valen para justificar por qué este otoño proliferan las noticias sobre los medios. Para bien y para mal.

Los medios catalanes han sido noticia por su supuesta parcialidad a la hora de cubrir la campaña y los resultados electorales. Una mala noticia, difundida a nivel nacional, que soy incapaz de juzgar por no haber seguido la campaña catalana en medios catalanes. Mea culpa.

Los medios madrileños (nacionales) han sido noticia porque Manuela Carmena, la alcaldesa de Madrid, se declara “huérfana” de apoyos, mientras los partidos tradicionales cuentan con medios afines. Una mala noticia, porque implica que los nuevos políticos parecen querer perpetuar algunas malas prácticas de los tradicionales, como contar con medios amigos para que difundan sus mensajes. ¿No sería lo suyo que en vez de quejarse defendiesen la independencia de la prensa?

“Los medios españoles son los peores de Europa”. No lo digo yo, que no lo creo, si no un reciente y demoledor titular de The Nation. Independientemente de que sea o no verdad, el hecho de que llegue a publicarse este reportaje es, en sí, una malísima noticia. El artículo, que comienza con una frase aún más demoledora, “el gran problema de la prensa española es la verdad”, deja al menos espacio para la esperanza.

Sin embargo, para mí la verdadera noticia de este otoño es buena: nuevos medios, de diferentes características y procedencia, han visto o van a ver la luz en septiembre y octubre. Y todos ellos llegan con un objetivo similar, de cubrir esos espacios a los que los medios tradicionales parecen haber renunciado durante la crisis más dramática de su historia, en un momento clave para España, a unos meses de las elecciones con el resultado más incierto de nuestra democracia. Hacer periodismo de investigación, contestar a las preguntas más difíciles y romper el tradicional binomio medios afines o enemigos son algunos de estos loables propósitos.

Hay quién apuesta por el papel, como Ahora, pero los recién llegados o a punto de llegar, bezdiario y El Español, son 100% digitales y se unen a interesantes proyectos que llevan ya unos meses en el mercado y pugnan por consolidarse (InfoLibre, CTXT). Lo que todos tienen en común son plantillas en las que destacan grandes periodistas que apuestan por poner su conocimiento y su ilusión al servicio del Periodismo con mayúsculas. Y que son proyectos que pugnan por desafiar los modelos de negocio tradicionales en pos de nuevas fórmulas que les permitan mayor libertad para poder darle un mejor servicio al ciudadano y ejercer su papel de contrapoder.

Como periodista y ávida consumidora de información, hay una serie de características que me gustaría que los nuevos medios tuviesen. Para empezar, que se les note la independencia o que sean transparentes y nos dejen saber quién está detrás. Que traten a la información como información y a la opinión, como opinión. Que hablen de las empresas españolas con la libertad con la que lo hacen los medios extranjeros. Que huyan del periodismo de declaraciones. Que los grandes periodistas se molesten en formar a los nuevos para que no siga creciendo la desigualdad entre gurús y becarios en las redacciones. Que entre todos cambien la conversación –que se ha quedado obsoleta– y contribuyan a dictar la agenda. Que sean noticia por las noticias que cuentan. Si esto es así, mejor noticia imposible.

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