Jamás había oído hablar de ella hasta hace un mes. Y, cuando me pongo a buscar información, descubro que en realidad no existe. Por lo visto Elena Ferrante es un pseudónimo. En una de sus pocas entrevistas, concedida por e-mail, dice: “No me arrepiento de mi anonimato. Descubrir la personalidad de quien escribe a través de las historias que propone, de sus personajes, de los objetos y paisajes que describe, del tono de su escritura, no es ni más ni menos que un buen modo de leer”. Si alguien con la pluma de Ferrante decide que el anonimato le ayuda a escribir como escribe, nada que objetar.
Este verano me he convertido en su más ferviente admiradora. Sólo voy por el volumen dos de sus Novelas Napolitanas, también conocida en español como la tetralogía Dos amigas, y cada palabra me provoca emoción como lectora y envidia como escritora en prácticas a partes iguales.
Como lectora disfruto de la maestría con que Ferrante diseca la compleja amistad entre dos amigas, Lina y Lènu, con el trasfondo del Nápoles de la posguerra. Como escritora me maravilla la autenticidad que destilan las protagonistas, tan difícil de lograr. Como lectora, no puedo esperar al próximo desencuentro entre ambas, a conocer si fortalecerá su amistad o si las alejará, a saber a qué niveles les llevará su rivalidad, a veces sana y otras no tanto. Como escritora admiro el tratamiento del tiempo y el espacio, ya que unos pocos años y un escenario muy limitado le dan para mucho. Como lectora me apasiona el modo en que se tejen las diferencias entre las dos amigas, que evolucionan en contraposición la una a la otra, como en tantas relaciones humanas. Como escritora me gustaría dominar esa aparente facilidad –aunque detrás haya mucho trabajo– para dejar que fluya la vida de los personajes como si el autor no estuviese detrás orquestándola.
No sé vosotros, pero yo soy feliz con un buen libro entre manos. Me llena de satisfacción tener una hora entera o más por delante para zambullirme en lo que otro a escrito. Ahora que sé lo difícil que resulta conseguir emocionar a un lector, que alguien se enamore de los personajes que han salido de tu cabeza tanto o más que tú, me rindo ante Elena Ferrante. Para mí ya es una de las grandes.
Ahí van los links a la saga en español:
Comentarios recientes