Ahora toca escena de sexo… oh, oh
Estás leyendo un libro fabuloso, de esos que te enganchan y no puedes dejar. El protagonista te tiene fascinado con su personalidad arrolladora y estás deseando que logre su propósito. Por fin se arma de valor y aborda a la chica. Ella accede y… ¡zas! Un amasijo de partes corporales y sensaciones forzadas te devuelven a la realidad. De un plumazo, la credibilidad del protagonista se ha ido al traste y tu pacto de complicidad con el autor, también. Una lástima.
Leer másDos escritoras valientes, dos novelas llenas de verdad
Conocí a Lesia y a Luisa en Nueva York, a finales de los noventa. Lesia trabajaba en el Financial Times, Luisa en A3 TV y yo, en Expansión. No se conocen entre ellas –aunque es bastante posible que coincidieran en alguna fiesta en mi casa de Manhattan–, pero hoy tienen algo en común más allá de ser mis amigas y de haber dejado el periodismo activo: las dos han escrito novelas muy, muy valientes.
Leer másFuera la pereza: planifica tu novela
Son muchos los amigos que me habéis preguntado alguna vez por este asunto: cuándo te lanzas a escribir una novela, ¿ya tienes clara la estructura, los personajes, los capítulos, la longitud? Y reconozco que me sorprende, porque la respuesta me parece obvia: claro que sí.
No es que tengas que tener planificado al milímetro cada paso que da tu protagonista. Pero sí tienes que tener bastantes cosas claras antes de lanzarte a una obra de la envergadura de una novela (estructura, puntos de vista, definición de los personajes, cronología…). Si no, lo más probable es que no la acabes.
Leer másTe presento a Cata
Cata nació en mi cabeza hace ya un tiempo, en el año 2010. Mi marido y yo estábamos de viaje por Cuba en nuestro primer (y último) viaje de todo incluido con pulserita. Tuvimos la mala pata de caer en Cayo Coco en plena amenaza de tsunami (sí, sí has leído bien). ¿Has estado alguna vez en un sitio en el que no hay nada que hacer más que tomar el sol o actividades acuáticas cuando no hay sol y las olas levantan varios metros del suelo? ¿No? Me alegro por ti. Aquellos días no se podía ni correr por la playa porque el viento no te lo permitía.
Con diez mil partidas de billar, ochocientos mojitos y tres novelas no demasiado buenas a la espalda, arropada hasta las cejas para no pillar una pulmonía, ella surgió, de repente. Y ella es Cata, una mujer que ha vivido en un hogar de maltrato y abuso e intenta encontrarse a sí misma a través de los hombres.
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